Actas del Simposio Manuel Polo y Peyrolón

Título de la obra: Actas del Simposio Manuel Polo y Peyrolón
Coordinadores: José Luis Castán Esteban y Victor Manuel Lacambra Gambau
Edita: CECAL. | C/ Magdalena, s/n. – 44112 Tramacastilla (Teruel).
Diseño de la cubierta: © M. Carmen Martínez Samper
Ilustración de la cubierta: Casa de Polo y Peyrolón en Gea de Albarracín
Depósito legal: TE -101- 2020
ISBN: 978-84-09-24509-3
Imprime: Perruca. Industria Gráfica, Teruel, España

ÍNDICE

  • A modo de prólogo, MANUEL ALAMÁN ORTIZ
  • Introducción, PEDRO SAZ PÉREZ
  • Simposio para un Centenario
  • Introducción a la vida, obra y pensamiento de Polo y Peyrolón, JOSÉ SERAFÍN ALDECOA CALVO
  • Del costumbrismo al naturalismo  espiritualista:  el itinerario  narrativo-literario de Manuel Polo y Peyrolón, FRANCISCO  LÁZARO POLO
  • Educación y Manuel Polo y Peyrolón: pensamiento,  obra y…, ROBERTO  SANZ PONCE
  • Manuel Polo y Peylorón contra la Institución Libre de Enseñanza  en España. Krausismo y tradicionalismo español en la Educación Secundaria a finales del siglo XIX u comienzos del XX, JOSÉ LUIS CASTÁN  ESTEBAN
  • Un geano en las Cortes. La carrera política de Manuel Polo y Peyrolón, JAVIER ESTEVE MARTÍ
  • Algunas imágenes lingüísticas en la obra de Manuel Polo y Peyrolón (Notas de lectura desde la Sierra ele Albarracín), JOSÉ MANUEL VILAR PACHECO
  • Manuel Polo y Peyrolón en la literatura infantil, Fermín EZPELETA AGUILAR
  • La reseña histórica de la inauguración  del nuevo Instituto de Teruel escrita por Polo y Peyrolón, FERMÍN EZPELETA AGUILAR
  • La pedagogía moral en los relatos cortos de Manuel Polo y Peyrolón, ARA MARÍA LÁZARO IZQUIERDO.
  • Manuel Polo y Peyrolón contra Darwin, VÍCTOR MANUEL LACAMBRA GAMBAU
  • Conclusiones

INTRODUCCIÓN

El pasado 28 de marzo de 2018 se celebró el centenario de la muerte  de Manuel Polo y Peyrolón.  Insigne personaje en cuya inmensa  obra literaria,  la sierra de Albarracín ocupa un espacio fundamental.  Había nacido el día  11 de julio del año 1846 en la localidad de Cañete (Cuenca) y su vida transcurrió  en su mayor parte entre Valencia y Teruel y, sobre todo, en lo que respecta a la sierra de Albarracín,  en la población de Gea. Sin embargo, este aniversario ha pasado prácticamente  inadvertido para las instituciones públicas y culturales y, no  digamos,  para  el  común  de  los  habitantes  de  la  sierra  de  Albarracín. También    los   de    Gea,   que    fue   donde    pasó   numerosas    temporadas (fundamentalmente   los veranos) al  ser de aquí  la procedencia  de  su  familia materna.  Doloroso  olvido y más si tenemos  en  cuenta  que  en  Gea  de Albarracín  todavía  existe  la  casa  solariega  de  su  familia.  Se  da  la  curiosa circunstancia de que en esta localidad todo el mundo  ha escuchado alguna  de vez hablar  de  Manuel  Polo y Peyrolón,    incluso  forma  parte  del  imaginario popular. Más aún, si preguntáramos por él, la mayor parte de los habitantes  de Gea de Albarracín nos podrían  acercar a su casa familiar, pero lo cierto es que salvo algunas loables excepciones prácticamente nadie conoce realmente  la vida de  este personaje  y  mucho  menos  su  obra.  Por  supuesto,  excluyo  de  este comentario   a  Manuel  Alamán  que  además  de  regidor   del  municipio    ha contribuido  a darlo a conocer,  no en balde así lo trata en su libro  Recortes sobre Gea, precisamente en uno de sus capítulos titulado Los veranos de un senador.

Al día de hoy existe una amplia bibliografía sobre Polo y Peyrolón.  Su obra ha sido objeto de divulgación, aunque por poner un pero habría  que decir que  quizás ha  sido mayoritariamente  entre  los expertos  de  cada  una  de  las materias sobre las que  trataban  sus escritos,  ya que  es autor  de  una  extensa bibliografía en la que trata multitud de temas,  muchos   de ellos bajo la óptica de sus simpatías  políticas.  Tan   solo  podríamos  sustraer   de  esta  especialización aquellas obras basadas en la vida  social  de  la  sierra  de  Albarracín,    las cuales, posibilitaron  a  los  lectores  el  conocimiento  de  una   tierra   antigua,   mágica, religiosa, llena de leyendas y costumbres   populares.   Así  podríamos  describir a Los Mayos; Alma  y vida serrana y Realidad   poética   de  mis  montañas,   cuadros de costumbres de la sierra de Albarracín.

Por otra parte, y puestos en esta coyuntura,  no podemos  sino  mostrarnos de acuerdo con el sentir mayoritario  de historiadores  y expertos   en  su ingente obra, los cuales han  insistido  en darla  a conocer   aprovechando  una  efeméride como la que  tiene lugar precisamente   durante   este  año.   La  reclamación   para poder realizar unas jornadas  o un simposio,  ha sido  finalmente  recogida  por el ayuntamiento   de  Gea  de  Albarracín   y  por   el  Centro     de   Estudios  de  la Comunidad   de  Albarracín   (CECAL)  y  se  lleva  a  cabo   en   este  día,   15   de diciembre  del  2018  en  el  salón  de  actos  del  Centro    de   día   situado   en  el renovado convento de los Carmelitas.  Un  simposio  ciertamente  tardío  respecto a la fecha que el personaje merecía haber  tenido,   pero  esperemos  que  todo  lo efectivo que debería ser, al fin y al cabo.

Si algo es sobradamente  conocido  de Manuel   Polo  y Peyrolón  es que se trata de un personaje polifacético  que vivió a caballo  de  los  siglos  XIX y XX. Un político  decimonónico  cuya ideología  lo  situaba   en  el  ala  más  radical  del carlismo y  así queda  puesto  de  manifiesto   en  sus  numerosas   intervenciones parlamentarias  y en muchas  de sus obras,  ya sean  religiosas   o  de  divulgación general. Por otra parte, alternó sus cargos tanto  de diputado  al principio  de su carrera política, como de senador al final de la misma,   incluso   en  posesión  de este último cargo fue cuando le sobrevino  la muerte.

Resulta innegable que Manuel  Polo y Peyrolón   es,  como   he  comentado con anterioridad,  un personaje controvertido   con  un  elenco  de  claroscuros   que es conveniente no magnificar.  Por  ello, resulta  necesario   intentar    comprender en primer lugar los mecanismos sociales políticos  y económicos  de la época  en la que vivió porque  resulta evidente  que,  si lo  escrutamos  únicamente   con  la visión general de hoy en día, éstos aparecen  claramente  desfasados.   Así  pues, esperamos nuevos datos que nos permitan   discernir su  obra  tal  y como   fue y, para ello, disponemos  en este simposio  de  un  elenco  de  especialistas   que  nos van a ayudar a comprender  mejor  su trabajo.   Contamos  con  seis  ponencias  a cargo de Serafín Aldecoa  Calvo,  Francisco  Lázaro Polo,  Roberto  Sanz Ponce, José  Luis  Castán  Esteban,  Javier  Esteve Martí  y José Manuel  Vilar  Pacheco; además  de  cuatro  comunicaciones,   a saber,  dos de  Fermín  Ezpeleta Aguilar, una de Ana María Lázaro Izquierdo y Víctor Manuel  Lacambra Gambau.  Entre todos ellos, a lo largo del día nos irán proporcionando   los diferentes puntos  de vista  que  tienen   sobre  la  vida  y  obra  de  este  autor.  Al  final  del  simposio, esperamos  que  se puedan  confrontar   todas  las ideas expuestas para  que  cada uno  de  los  asistentes  pueda  disponer  de  una  visión  más  aproximada   sobre Manuel  Polo  y Peyrolón  y, especialmente,  en lo que  respecta a su magnífico trabajo  literario centrado  en la sierra de Albarracín.

Por último,  quisiera agradecer al ayuntamiento  de Gea de Albarracín  en la persona  de Manuel  Alamán,  su disposición para hacer posible este simposio. Y, al mismo  tiempo,  a José Luis Castán  y Víctor  Lacambra  por  el excelente trabajo  que  han  realizado con  el CECAL y que nos ha permitido  finalmente llevar  a  cabo  el  simposio   sobre  Manuel   Polo  y  Peyrolón,   en  el  año   del centenario  de su fallecimiento.  Muchas  gracias a todos  ellos y a los presentes por su asistencia.

Pedro Saz Pérez
CECAL

El viento que no cesa


Ahora, en estos momentos,
sin conciliar sueños e ilusiones
sin atrapar el regreso a la normalidad
las lágrimas inundan el pensamiento
con recuerdos, mínimas despedidas e incertidumbres.

Ahora salen los machados y las machadas
los rencores, los odios,
el miedo y la rabia
de lo que somos y de lo que eramos.

¡¡Si pudiéramos aprovechar la oportunidad
para ser mejores personas!!
Malos poetas y buenas personas,
escasos versos y palabras finas
bien trazadas
sin tachaduras o insultos.

Solo el viento me sirve de guía
y la fuerza de mis entrañas
para distinguir locura y razón.

Hoy no he salido a aplaudir a las ocho de la tarde...

Hoy no he salido a aplaudir a las ocho de la tarde. Hacia frío en Teruel y no se veía a nadie por la ventana. A cambio, a las seis me he asomado a mirar por la ventana. Lo sé, esto no está bien.

He observado a mi anciano vecino a 300 metros de distancia. Le he mirado fijo a sus profundos ojos azules celtibéricos. De su casa no salía el humito típico de las calefacciones. Llevaba una chaqueta roja y tenía la mirada triste. Ha mirado a norte, sur, este y oeste durante varios minutos. Creo que él no se ha fijado en mí. En la distancia le he preguntado como estaba, si tenia comida, si estaba solo. Con su inquietud me ha respondido al segundo. Está solo, con la nevera llena y mucha angustia. Miedo no, un poco de temor ante el recuerdo de hace 82 años cuando era niño. De crío vio bombas cerca de su casa, corrió a duras penas por las calles de su barrio y tuvo miedo auténtico, terror de verdad. Ahora no. Ahora teme a lo que puede ocurrir dentro de quince días o un mes. Y si esto sigue así, cómo quedará todo.

Tras nuestra conversación le he aplaudido un rato. Seguía sin verme. Después han pasado una ambulancia, un coche de policía y un autobús vacío. He seguido aplaudiendo un rato más, yo solo. También he aplaudido por todas las personas que están solas, aunque reciban llamadas de sus hijos, hijas, nietos y nietas. A todos los que están trabajando, jugándose la vida todos estos días para que el resto, aún teniendo miedo, podamos estar teletrabajando, con nuestros hijos, veamos la tele, escribamos tonterías en las redes sociales, riamos, comamos y aunque tengamos dudas respecto al pago de facturas, el trabajo y, por qué no, sufriendo y temiendo por el futuro, no es lo mismo, ni es igual, por muy duro que sea. También le he aplaudido a mi sobrina María.

Al entrar de nuevo tras aplaudir a mi vecino, los coches y los héroes de esta catástrofe, he pensado en otras dos personas que hoy mismo han fallecido, sin coronavirus. Pero el resultado es el mismo. Mañana no podré ir a un funeral y el fin de semana tampoco podré darle un beso y un abrazo a una viuda. Considero que es peor la angustia de los familiares por la soledad de estos momentos que por la muerte en si. En China lo desconozco. Pero en este país, nos gusta besarnos o abrazarnos cuando nacemos o morimos.

Esta pandemia debería reforzar algunos de los vínculos básicos que nos han hecho llegar hasta aquí con nuestros pecados, nuestra mala hostia y el espíritu crítico y destructivo que nos carcome por dentro a los españoles. A lo largo de los últimos días hemos visto numerosos ejemplos de solidaridad y las necesidades que realmente nos debería preocupar. Deberíamos centrarnos en lo verdaderamente importante. Espero que podamos aprender algunas lecciones leves y sencillas, de otro modo, habremos fracasado como personas y como sociedad.

Por cierto, también he hablado con una amiga enfermera. Entre toses y dolores hoy pasaba por la prueba. No tenía miedo. Hemos quedado para tomarnos una cerveza dentro de unas pocas semanas.

¡¡Y así será!!

VERSOS PARA UNA TORMENTA




La soledad de esta mañana

Querido camino, no conozco mi destino,
enloquecido por tanto fuego.
Guías esta luz hacia el infinito,
te vas sin dejar nota de despedida,
sin dejar de respirar.
Te alejas sin volver la vista atrás,
tras tu leyenda, tan un sollozo de alivio
que rememora un deseo.
Bailas en el viento huidizo del otoño.
Te contemplas en el espejo de la vida que no volverá.
Renace cada mañana una nueva ilusión
que deja de lado un sueño, tu sueño.
Fiel a cada madrugada
los delirios se preparan,
sin distancias, apenas centímetros
para la pasión, para olvidar el dolor,
de la soledad de esta misma mañana.
Dedico estas notas al fracaso
de las desvencijadas ilusiones.
A las paredes olvidadas.
A las esperanzas livianas.
A las razones infundadas.
A los corazones rojos.
Huir y fluir,
entre materias sistemáticas,
orígenes sintácticos,
que desvalijan el cabal entendimiento.
Ser letra, frase y aliento.
Recopilar imágenes de lluvia frágil
mientras nos miramos atravesando lunas.
Misterio y rendijas
del ser, sentir, tener y padecer.
¿Quién fuera aroma, verbo o árbol?.
Detener el viento con un esquemático gesto
cual dulce sinfonía de los rayos musicales sonriendo.

VÍCTIMAS DEL SILENCIO



Contemplar


Si cara a cara miras la luz
te deslumbra la intensidad.
Si escuchas el rumor de palabras
cargadas de odio
apartas la mirada
y bajas la cabeza
para que nadie te observe.
Eso es el miedo.

El miedo que se aprovecha
de las mentiras lanzadas al viento.

Recogemos el poco sentido común
con cucharillas de azúcar
terrones de venganza.

Nos detenemos a contemplar
el odio de los vecinos.
Ese que sale de sus bocas.

Entrevista Viajes y viajeros en Diario de Teruel


Diario de Teruel
ENTREVISTAS
31/12/2018

Víctor Lacambra, escritor: “Los viajeros más conocidos de la historia pasaron por la Sierra de Albarracín”

Cruz Aguilar

Víctor Lacambra presentó recientemente un libro sobre viajeros en la serranía. El escritor Víctor Lacambra acaba de publicar su libro Viajes y viajeros por la Sierra de Albarracín. En él hace un repaso por los viajeros y excursionistas que, durante décadas, han recorrido este territorio. Se trata de un ensayo en el que los datos se alternan con los testimonios reales de los propios protagonistas, de forma que la lectura resulta muy amena.
- ¿Cómo surgió la idea de hacer este libro?
El libro surge a raíz de un artículo publicado en la Revista Rehalda del Centro de Estudios de la  Comunidad de Albarracín (Cecal). Varias personas me comentaron que les había gustado el enfoque, lo cual me animó a ampliar la investigación hasta que fue tomando formato de libro. Además, desde los artículos publicados en los años 80 y 90 por la profesora Elisa Sánchez, había un vacío historiográfico en los viajes y viajeros, lo que también me animó a ampliar la visión del tema. 
- ¿Desde cuándo la Sierra de Albarracín es un lugar atractivo para los viajeros?
Se podría decir que desde el medievo, cuando comienza a surgir la necesidad de conocer los territorios por parte de los reyes con el fin de controlar y dominar no solo los territorios sino también a los contribuyentes. Existe documentación que atestigua la necesidad de los Reyes Católicos por ordenar el hospedaje y la manutención de los viajeros desde el siglo XV con ordenanzas y tasas a partir del año 1481. 

- En los siglos XVII y XVIII se pusieron de moda los viajes, ¿algunos de esos aventureros pasaron por aquí?
Así es. Algunos de los más conocidos viajeros de la historia pasaron por la provincia y por la Sierra de Albarracín, dejando testimonios muy interesantes sobre las impresiones de un territorio difícil, en el sentido de las condiciones climáticas y orográficas, pero muy exótico. Por ejemplo, Labaña, el alemán Moritz Willkomm, los franceses, Édouard de Verneuil y Édouard Collomb, el escocés Thomas Algernon Chapman que en el año 1901 estudia las mariposas de la Sierra de Albarracín, son algunos de los viajeros más destacados.
 - ¿Qué buscaban los aventureros en la Sierra? 
Conocer y profundizar en un territorio que no se encontraba en las rutas clásicas que recorrían las ciudades de Madrid y Barcelona, pero poco a poco fue siendo conocido por sus innumerables atractivos como para no perderse la visita a Albarracín y la impresionante naturaleza que se imponía a su alrededor, los bosques y las montañas que han sido un recurso evocador para los viajeros. Otro de los atractivos más interesantes ha sido conocer los pueblos, las gentes y la historia.
- Bronchales fue pionero en atraer turistas desde la Comunidad Valenciana y poner en marcha hoteles, algunos de ellos de alta gama, como el Ballester, ¿por qué fue un destino de moda durante los primeros años del siglo XX?
Surge a raíz de las mejoras en la salud que experimentaban las personas tomando las aguas de las múltiples fuentes y paseaban por los bosques de la localidad, los conocidos ahora como baños forestales terapéuticos. Fue un médico de Valencia el que observó las mejoras en la salud de los pacientes que visitaban la localidad y la historia le ha dado la razón.
- Su libro es un ensayo pero en él incluye testimonios reales de esos primeros viajeros, ¿por qué se decidió por este formato?
En este caso he considerado que era más adecuado dejar plasmados los propios testimonios de sus protagonistas. Un ejemplo muy común es el famoso lema de Azorín, “Visite el pueblo más bonito de España, visite Albarracín”, cuando la frase que escribió fue realmente “Vayamos a una de las ciudades más bonitas de España, vayamos a Albarracín”. Azorín lo ilustra en referencia al Sínodo de Albarracín del año 1604. En el libro se da la palabra a los autores, a los verdaderos protagonistas, para no caer en interpretaciones erróneas o falsedades.
- ¿En qué ha basado la investigación de su libro?
En la sociología del viaje, en la sociohistoria que los viajeros nos aportan respecto a las relaciones sociales, económicas y políticas, en los discursos que nos han transmitido gracias a los libros, revistas o periódicos que atestiguan su paso y las imágenes que nos muestran la evolución de un territorio. La Sierra de Albarracín ha tenido a lo largo de la historia un importante reflejo por parte de geógrafos, naturalistas, geólogos, etc. que han destacado sus valores geológicos, de flora y fauna, patrimonio cultural…
 - Ahora muchos serranos se quejan de que el porcentaje de turistas que cruzan el túnel de Albarracín es escaso, ¿eso ocurría también en el pasado?
Cruzar el túnel de Albarracín ha venido condicionado por las vías de comunicación, más que por una realidad. Esta idea del túnel encierra más una dimensión figurada que una realidad tangible. Diego Quiroga y Losada, marqués de Santa María en el viaje que realiza desde Madrid hasta Albarracín tras atravesar toda la Sierra manifiesta “Qué pinares, qué lugares para el reposo, y a 250 kilómetros de la Corte! ¡Pero... ¡qué carreteras”.
- Ha analizado la evolución de los viajeros en el pasado pero, ¿hacia dónde va el turismo de la Sierra en el futuro?
Positivo y muy esperanzador, pero se hace necesario un esfuerzo comunitario para ir todos juntos y remar en la misma dirección, teniendo claro las enormes potencialidades del territorio.


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